Xalapa, Veracruz.- Aunque todavía no termina de explicar el Rector de la Universidad Veracruzana Raúl Arias Lobillo quien va a ser el responsable de pagar los platos rotos por el error de julio, que permitió el ingreso a la máxima Casa de Estudios de Veracruz de 1600 alumnos que no habían aprobado el examen de Ceneval, lo que a su vez obligó a inscribir a igual número de jóvenes aspirantes que habían quedado fuera, ahora se anuncia por parte de la Secretaría de Educación de Veracruz que se someterá a concurso mil 289 plazas magisteriales estatales y federales.
Si el llamado error de julio obligó a las autoridades universitarias a permitir el ingreso a mil 600 alumnos, con un costo de 250 millones de pesos, el cual fue defendido de manera inmediata por el ex rector y ahora Secretario de Educación Víctor Arredondeo Álvarez, cabe cuestionar, quien será el responsable de calificar los exámenes de admisión que se presentarán para obtener las plazas de maestros.
No vaya a ser que al rato, nos vengan a salir, con que también hubo “errores en el sistema de calificación” y que los que quedaron no eran los que tenían derecho y que por lo tanto se necesitan XXX millones de pesos para subsanar el fallo.
Aún cuando las autoridades de la Secretaría de Educación Pública juran y perjuran que “ahora sí” la entrega de plazas se hará de manera transparente, habrá que preguntarse entonces, si las 10 denuncias por venta fraudulenta de plazas se va a castigar o si al igual que se hizo en la Universidad Veracruzana, se admite la culpa, pero no se sanciona.
La semana pasada vino a Xalapa la dirigente perpetua del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la maestra Elba Esther Godillo a firmar el acuerdo de Alianza por la Calidad de la Educación que entre otras cuestiones se refiere al examen de oposición para obtener una plaza.
La propia líder magisterial reconoció que se comercializa con la entrega de plazas que son vendidas al mejor postor –en el mejor de los casos- porque en otras ocasiones, se pide además el pago con “cuerpomático”.
Entre los maestros existe oposición al referido examen porque consideran que cancela "el derecho" de contratación automática a los normalistas egresados "y sobre todo, somete a concurso el derecho de los mexicanos a la educación pública".
Habrá que ver entonces, hasta donde el equipo de cómputo puede sustituir eficientemente a los líderes y funcionarios corruptos que no solo venden las plazas, sino que además piden el pago con cuerpomático.
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