En estos días, el virtual gobernador electo del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa está dedicado no tanto a esperar el resultado final del Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial –como pudiera pensarse- ya que la ratificación de su triunfo la tiene segura, sino más bien lo que le mantiene ocupado, es la elaboración de la lista de “amarrados” a formar parte del próximo gabinete de gobierno.
El problema a resolver no es nada sencillo, porque aunque se ha dicho que el gobierno de Javier Duarte será una “continuación” en el poder de Fidel Herrera Beltrán, su impulsor y patrón, por lo que no habrá cambios sustanciales en los “personajes” que habrán de figurar en la administración que se inicia el 1 de diciembre.
Por eso, hace unos días, cuando los reporteros preguntaron a Javier Duarte sobre los nombres de los hombres y mujeres que habrían de configurar su gabinetazo, simplemente saló por la tangente y les dijo que los nombres los daría a conocer hasta el 30 de noviembre, cuando el TRIFE resuelva en definitiva su nombramiento de gobernador constitucional del estado de Veracruz.
Mientras se cumple el plazo, Javier Duarte Ochoa recibe llamadas y se entrevista con todo tipo de personajes de la política jarocha y también la nacional, quienes según su peso y calidad política, tratan de “recomendar” desde familiares hasta colabores y amigos veracruzanos para que pasen a formar parte de la nómina oficial del estado de Veracruz durante los próximos años.
Políticos, asociaciones, agrupaciones, periodistas y todo aquel que tiene alguna relación con el futuro mandatario, están buscándolo para tratar de obtener posiciones a todos los niveles de la administración pública.
Parte del problema, es que supuestamente se ha dicho que no habrán mayores cambios, es decir que todos los que están con Fidel Herrera Beltrán seguirán con Javier Duarte de Ochoa, en las mismas dependencias o cuando mucho en otras instituciones. Es decir más de lo mismo.
Pero entonces ese es el problema mayor, cómo dejar a todos los que ya están y darles posesión a todos los que vienen con los compromisos y relaciones –políticas y familiares- que debe de darles también puestos y cargos, bien remunerados por cierto.
Como diría el escritor universal británico, esa es la cuestión, ser o no ser.
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