A los tuxpeños les sucedió lo que con el cuento del lobo feroz, que tantas veces les han dicho que “ahí viene…ahí viene…” que cuando llegue finalmente ya nadie les va a creer.
Es que son incontables, las veces que los políticos estatales y nacionales, les han prometido que “ahora sí” el progreso habrá de alcanzar al puerto de los bellos atardeceres.
Alcaldes, diputados, senadores, gobernadores y hasta presidentes de la república han anunciado en su momento –generalmente cuando andan en campaña electoral- que ahora sí, les llegó el desarrollo económico, político y social, pero hasta hoy solo han quedado en promesas.
A propósito, mañana martes, el actual gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa regresará al puerto a entregar obras municipales, sería interesante que se diera una vueltecita por la multianunciada obra de la autopista Tuxpan Tampico, esa que anduvo anunciando durante su campaña electoral y que en el primer día de su administración fue a darle el banderazo de inicio, habrá que ver cuantos kilómetros llevan avanzados o si nada más fue para tomarse la foto y decir que cumplió su promesa de iniciar los trabajos.
Pero es que en cuestión de carreteras y autopistas, los tuxpeños parecen estar salados. Cuando se construyó el boulevard a la playa, la primera etapa la cobraron dos veces y fue hasta la segunda ocasión cuando hicieron el tramo correspondiente.
La famosa autopista México-Tuxpan –que significaría uno de los detonantes reales del progreso para el puerto- se empezó a construir en los últimos meses del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, ya han pasado varios sexenios y todavía sigue su construcción.
Ahora, los tuxpeños están pidiendo destrabar el proyecto de construcción del puerto profundo en la margen derecha del río, pero eso seguramente tendrá que seguir esperando varios sexenios, hasta que como en la película “El Destino Nos Alcance”.
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