Apenas en agosto del año pasado, el gobierno del estado anunciaba la entrega de 12 mil 736 alumnos con una inversión de más de 5 millones de pesos, que forman parte de un programa que en total beneficia a 28 mil alumnos de 57 planteles con una inversión de 132 millones de pesos.
Unos meses después, en el proclamado Estado Próspero de Veracruz, esos más de 28 mil alumnos que se han ganado una beca por sus excelentes calificaciones, siguen esperando el pago de las mismas.
Hoy martes, la Contraloría Estatal de Veracruz, habrá de recibir los reportes de las dependencias que tienen adeudos pendientes, dejados por la pasada administración, entre los que se deben de incluir el pago de becas a estudiantes.
No es necesario reiterar que el pago de becas constituye un gran apoyo para miles de familias que tienen que lidiar con el alza generalizada en artículos de primera necesidad y de la canasta básica.
No es posible que en un estado que se dice y publicita como próspero, no se pueda cumplir con el pago de becas a estudiantes destacados.
Puede ser que los contratistas que obtienen ganancias multimillonarias les tengan detenidos sus pagos.
Puede ser que los pagos a periodistas cuyo trabajo principal es proclamar las buenas obras del gobernante en turno, le suspendan los pagos.
Lo que no se vale –diaría mi abuelita Carmelita- es que a los niños y jóvenes veracruzanos que con su esfuerzo y dedicación se han ganado una beca, no se les pague.
Y a propósito, ¡esos millones de pesos que no se pagaron, a dónde fueron a parar?
Porque como se dice ahora: “Que en Veracruz quien viola la ley recibirá castigo”.
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