El impuesto del 2% al Hospedaje y la difusión del turismo veracruzano

XALAPA, VERACRUZ.- Tienen toda la razón, los restauranteros y hoteleros veracruzanos, quienes en voz de su dirigente Rafael Ortiz Zárate, acaban de lanzar un llamado de atención al gobierno del estado, para que se destinen mayores recursos a la promoción turística.

Pareciera ilógico que los hoteleros y restauranteros pidan que se destinen mayores recursos a la promoción turística, cuando las autoridades estatales se ufanan en presumir que Veracruz ocupa el segundo lugar nacional como preferencia de los paseadores.

Pero hay que tener en cuenta que así como existen categorías en los hoteles, de una a cinco estrellas, para valorar los servicios que ofrecen, también hay una clasificación para el tipo de turistas y esa es de acuerdo al monto de los recursos que gastan durante su estadía en los sitios de recreo que visitan.

Encontramos así que si bien es cierto que el número de visitantes a nuestra entidad durante los períodos vacacionales es muy cuantioso, en su gran mayoría, se trata del llamado “turismo garnachero” que viene cargando sus panes y jamón para hacer sus sanwuichs y se queda a dormir en las playas o con familiares y amigos, porque en la derrama económica no se ven reflejadas esas cifras alegres.

Todos los estados de la república mexicana, destinan un presupuesto, mayor o menor a la promoción y atracción de turistas, porque saben que en el turismo está una fuente importantísima de captación de recursos.

Aquí en el estado de Veracruz, hasta antes de la creación del famoso “impuesto del 2% a la nómina y el hospedaje” que fuera creado en la pasada administración precisamente como una medida para recaudar recursos para la promoción de sitios turísticos, el gobierno del estado, destinaba alrededor de 25 millones de pesos, a los que se deberían sumar los recaudados con el impuesto que captan los hotelereros y empresarios.

Pero como en 1999 se presentaron las inundaciones que afectaron a gran parte de la entidad veracruzana, se decidió que los recursos captados por el impuesto al hospedaje, se destinaran primero a reparar los daños causados por la naturaleza, para posteriormente difundir los destinos turísticos que también habían sido afectados.

Aunque resulta que la tempestad ya pasó, vinieron más, huracanes y ciclones, y el impuesto del 2% a la nómina, se sigue destinado a la construcción de obras y servicios que deberían estar a cargo del gobierno del estado, pero que se continua utilizando y hasta publicitando, las obras realizadas con esos recursos, pero que de acuerdo con la ley deberían ser para promoción y difusión del turismo veracruzano.

Habría que preguntarle a los abogados y partidos de oposición –si es que todavía queda algún líder sin “pactar”- si el hecho de que se estén canalizando los recursos millonarios que de acuerdo con el decreto mediante el cual se estableció el referido impuesto con un propósito específico, no son invertidos en lo que señala la norma jurídica, no significa hasta incurrir en un delito y su consecuente responsabilidad.

Pero lo importante aquí es el llamado que hacen los restauranteros y hoteleros veracruzanos, al gobierno de Veracruz, que se ufana de tener incontables recursos -provenientes en su mayoría de excedentes petroleros- para que al menos, lo que logran recabar los hoteles por el concepto del 2% se destine, para lo que fue creado, es decir a la promoción turística y no para obras públicas que muchas veces sirven para pararse el cuello, con recurso ajeno.

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