Javier Duarte de Ochoa y el canto de las sirenas

A poco menos de cuatro meses de estar al frente del gobierno del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa ha empezado a dar muestras que se está empezando a seducir por los mitológicos cantos de las sirenas narrados en la literatura griega, cuyo embrujador sonido llevaba a los marinos a su perdición.

Lástima Susanito, diría la vox populi, porque si el mandatario veracruzano empieza a  dejarse llevar por los “cantos de las sirenas” apenas a unos cuantos meses de haber tomado el poder, que podemos esperar cuando esté terminando su sexenio.

Para no ir muy lejos, habría que recordar como fue el último año de la administración que encabezó el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, el mismo que presumía que tenía todo el pinche poder del mundo en sus manos.

Decimos que Javier Duarte de Ochoa ha empezado a dejarse seducir por los cantos de las sirenas porque al termino del Festival Cumbre Tajín, que como es sabido lo creó el ex gobernador Miguel Alemán Velasco, la versión 2011 correspondiente a este año y al primero de su administración, el actual gobernador no se mide al asegurar que “ha sido el mejor en su historia, ya que se rebasaron todas las expectativas tanto en la asistencia como en la organización, calidad de los artistas, promoción turística, derrama económica y promoción cultural”.

Cuando que es natural que cada año tiene que ser mejor, que cada año tiene que haber mayor número de visitantes, traer mejores artistas, porque se va alcanzando más difusión, aunque debemos de reconocer que nosotros nunca hemos asistido a ninguno de los 12 festivales realizados a la fecha, porque los organizadores no han considerado incluirnos en la enorme lista de medios que van a pasear durante la semana de duración.

Pero esa es otra historia, diría Nana Goya, por lo pronto, hay que recordar que las sirenas son personajes mitológicos cuyo canto embrujador llevaba a los marinos a su perdición. Los métodos de seducción de las sirenas variaban de un relato a otro, pero todas ejercían la misma atracción sin parangón sobre los navegantes.

El primer testimonio acerca de la aparición de sirenas se remonta a La Odisea de Homero, que relata las aventuras tumultuosas del héroe griego Ulises, durante su largo viaje de regreso a Itaca, después de la guerra de Troya: las sirenas de la época no son esos seres mitad mujer, mitad pez, que las leyendas más modernas retuvieron, sino unas aves con cabeza y pecho de mujer.

Un canto melodioso e irresistible

En la mitología griega, las sirenas viven en una isla del Mediterráneo. Su canto es tan bello que los marinos que las escuchan no pueden resistírseles y arrojan sus naves contra los arrecifes. Los sobrevivientes son asesinados sin piedad. Cuando Ulises abandona la morada de la hechicera Circe, sabe que debe pasar cerca de la isla de las sirenas. Siguiendo los consejos de la hechicera, el astuto héroe recurre a una estratagema que le permitirá oír y no obstante salvar la nave y a sus compañeros.

Tapa los oídos de sus hombres con cera después de haberles pedido ser sólidamente atado al mástil. Así podrá saciar su curiosidad escuchando el canto de las sirenas, sin ceder a su encantamiento.

Así las cosas, habrá que ponerle tapones a los oídos del mandatario, Javier Duarte de Ochoa, para que no escuche y se deje seducir por los cantos de las sirenas, que pretenden llevarlo a su perdición, mediante sus cantos irresistibles.

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