El Poder de los Políticos


En el antiguo imperio romano, dicen los que saben de historia, que existía un personaje dentro de la corte del emperador en turno, cuya única función era la de recordarle todos los días que no era un dios, sino un simple mortal.



Esto debido a que era frecuente que los emperadores romanos, luego de que lograban alcanzar ese codiciado título, perdieran el piso, como se dice ahora, ya que era tal el poder que tenían sobre ciudades, territorios y países enteros, que con mucha facilidad y frecuencia terminaban olvidando que eran gobernantes y llegaban a pensar que en verdad eran dioses.

Esa situación llega aún hoy hasta nuestros días, pues si bien es cierto que ya no hay un emperador romano todopoderoso, existen gobernantes que cuando llegan al poder pierden la dimensión de las cosas y sienten que en realidad son todo lo que les dicen o hacen creer quienes los rodean.

Para no ir muy lejos, todavía hasta hace unos meses, el gobernador en turno de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán presumía eufórico en las llamadas telefónicas que le fueron grabadas, “que tenia todo el pinche poder de Veracruz en sus manos”. Habría que preguntarle si todavía hoy sigue pensando igual.

Por su parte, el actual gobernador Javier Duarte de Ochoa, a unos días de haber tomado posesión del cargo, ha declarado a los periodistas encargados de difundir lo que dice y hace, que el gobierno del estado deberá de apretarse el cinturón para poder enfrentar la situación financiera que le toca enfrentar.

Dicho en otras palabras, que el gobierno estatal no tiene dinero y que habrá de operar en un marco de austeridad, lo cual en principio podría ser digno de reconocimiento, pero antes habrá que esperar para conocer en detalle cuales son esas medidas de control del gasto que se anunciaron.

Porque en los primeros días de la actual administración, hemos empezado a ver acciones que no se enmarcan precisamente en lo que puede llamarse un gobierno austero, como lo es el viaje de fin de año del gobernador a la ciudad de Nueva York –acompañado según cuentan los malquerientes de una numerosa comitiva, entre la que se incluyeron a varios amigos periodistas- todo ello con cargo a las finanzas estatales.

Como tampoco es ya bien visto, el impresionante aparato de seguridad con que se mueve el gobernador Javier Duarte de Ochoa, que incluye un convoy de varias lujosas camionetas, así como la flota de aviones y avionetas, que se utilizan para trasladarse por el territorio veracruzano. Pero como diría la nana Goya…esa es otra historia, que en su oportunidad merece ser comentada.

Lo bueno es que si bien es cierto que el gobernador no tiene como los emperadores romanos a un personaje que se encargue de recordarle que no es un dios sino un simple humano, tiene a su lado a una extraordinaria mujer, inteligente y sensible, como lo es su esposa Karime Macías de Duarte, quien seguramente le sabrá aconsejar, para que también se apriete el cinturón.

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