Veracruz un gobierno del estado de ocurrencias


En una encuesta de opinión en internet sobre la forma en que debe de gobernar el nuevo mandatario veracruzano Javier Duarte de Ochoa, la mayoría de los participantes ha dicho que “debe de haber congruencia entre el decir y el hacer”.
Dicho en otras palabras, que se cumpla lo que se diga y que no se mienta o engañe.
Es lo que le están pidiendo los veracruzanos al nuevo gobernador.
Más que la integración del gabinete con funcionarios capaces, o atención a problemas de inseguridad y desempleo, lo que piden es que haya congruencia entre el decir y el hacer.
Esto revela varias aristas.
Que los veracruzanos ya estamos cansados de una política basada en el engaño y la mentira.
Que reprobamos el que los políticos digan una cosa y luego hagan o no hagan nada.
Peor aún, que anuncien algo y luego no lo hagan.
Como diría uno de los personajes del célebre Chavo del 8, “como digo una cosa, digo otra”.
Para no ir muy lejos, tenemos en la agenda de la semana el tema de las placas y la tenencia vehicular, que un día anuncian que habrán nuevas placas y al otro que siempre no. Primero se manda un decreto al Congreso para que lo aprueben los diputados para desaparecer el pago de tenencia y ahora, ayer, el gobernador Javier Duarte de Ochoa declara a los periodistas que sí desaparecerá el pago de tenencia, pero solo para vehículos populares, los de lujo tendrán que seguir pagando.
Lejos de cualquier explicación que se quiera hacer, como la de que el que más tiene debe de pagar más, o que se trata de repartir mejor la riqueza, o que se van a hacer obras de reconstrucción.
Lo indiscutible es que no hay una política definida, pareciera como que se gobierna de acuerdo a las ocurrencias del día, hoy se me ocurre algo y mañana otra cosa.
Nada más por no dejar, habrá que esperar a ver cómo reaccionan los dueños de autos de lujo –muchos de ellos funcionarios del gobierno- pero por lo pronto las cámaras de comercio ya han pedido que se aclare en qué se va a invertir ese dinero recabado, es decir que se etiquete con nombre y lugar, porque luego se habla de millones de pesos, que nadie sabe a dónde van a pagar…bueno ese es un decir, porque todo mundo sabe a dónde van a parar.
Yo no soy abogado, ni quiero serlo, pero tengo entendido que los inconformes con esa categorización de dueños de carros pobres y ricos, podrían presentar un amparo y quien sabe de a como les vaya.
Por lo pronto, el nuevo gobierno de Veracruz, empieza a pintar su raya, rayando en populismo, al decir que hay que redistribuir la riqueza para repartirla a los pobres, ya no será cercano a la gente –en general- sino nada más cercano a los pobres.

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