Los demonios andan sueltos en Veracruz




A 21 días de que termine la actual administración estatal que encabeza Fidel Herrera Beltrán, el asesinato del alcalde electo del municipio de Juan Rodríguez Clara, Gregorio Barradas Miravete, junto con otras dos personas es un hecho que adquiere repercusiones de nivel nacional.

Como si “los demonios andan sueltos” en el estado de Veracruz.

Pero la violencia en ese municipio veracruzano no es “circunstancial” ya que apenas el pasado 17 de junio en el mismo centro de Juan Rodríguez Clara un comando armado asesinó la noche al empresario Jaime Gasperín Crivelli y a su hijo Iván Gasperín; padre y hermano, respectivamente, de la presidenta municipal priísta de Juan Rodríguez Clara, Armanda Gasperín Bulbarela.

Barradas Miravete, quien debía asumir su cargo en enero próximo y sus dos acompañantes fueron secuestrados por un comando poco después de las tres de la tarde del lunes.

A las tres personas se las llevaron a bordo de una camioneta tipo Hummer color azul, propiedad de la nueva autoridad municipal, donde horas más tarde fueron localizados sin vida en el municipio oaxaqueño.
A nivel nacional el asesinato del ex diputado federal y alcalde electo tuvo ya sus primeras reacciones cuando el presidente Felipe Calderón expresó su indignación por el asesinato del edil electo del municipio de Juan Rodríguez Clara, Veracruz, Gregorio Barradas Miravete.

En su cuenta de Twitter, el mandatario lamentó la muerte del alcalde, a quien llamó Gerardo. 

"Gregorio Barradas fue un diputado panista leal y valiente, alcalde electo de Rodríguez Clara, Ver. Su muerte entristece e indigna", redactó Calderón en su cuenta de la red social.

"La muerte de Gregorio Barradas, voz crítica de la corrupción en su Estado, es una razón más para ir con todo en contra de los delincuentes", añadió el Presidente.

Así las cosas en Veracruz.

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